De acuerdo con la definición de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura llevar una alimentación saludable es elegir una alimentación que aporte todos los NUTRIENTES y la ENERGÍA que cada persona necesita para mantenerse SANA.
Los nutrientes esenciales que necesita nuestro organismo son las proteínas, los hidratos de carbono, los lípidos, las vitaminas, los minerals y el agua.
En las guías para una dieta saludable y equilibrada, se destaca la importancia de incluir alimentos proteicos como la carne, ya que un consumo adecuado es clave para cumplir con los requerimientos nutricionales esenciales.
Las necesidades nutricionales varían considerablemente entre las personas, y dependen de factores como la edad, el sexo, la condición física, enfermedades previas y el estilo de vida.
Las proteínas son macromoléculas compuestas por cadenas de aminoácidos que tienen funciones esenciales en el organismo. Los alimentos de origen animal con un alto contenido en proteínas son la carne, el pescado, los huevos, la leche y los productos lácteos. La mayoría de estas fuentes de proteínas alimentarias de origen animal tienen un alto contenido en aminoácidos esenciales. Los aminoácidos esenciales se encuentran en las proteínas y no pueden ser sintetizados por los mamíferos, al menos en la cantidad suficiente, por lo que se deben administrar a través de la dieta.
La carne aporta una amplia gama de minerales y vitaminas a la dieta. Quizá los más importantes sean el hierro, el zinc y la vitamina B12. Aunque la contribución total de la carne a la ingesta de hierro es de aproximadamente el 21% del total, es importante reconocer que el hierro asociado a la carne roja (el llamado "hierro hemo") es considerablemente más biodisponible que el hierro no hemo asociado a fuentes vegetales.
La dieta mediterránea, bien inmaterial de la humanidad de la UNESCO, es el mayor ejemplo de que ese equilibro funciona. España es el principal exponente de esta dieta, basada en ingredientes de alta calidad y variedad, y su esperanza de vida es la más alta del mundo, según diferentes índices como el de la Comisión Europea. Parte de ese mérito radica en una buena alimentación de la que tiene que formar parte la carne de vacuno.
