Asegurar la continuidad de la cadena de frío es uno de los elementos clave para garantizar la seguridad alimentaria de los alimentos. En el caso de un producto fresco como la carne de vacuno, este requerimiento es todavía mayor. Por esta razón, todos los eslabones del sector deben prestar especial atención, desde los productores hasta el consumidor, pasando por la distribución.
El objetivo de asegurar la cadena de frío es conservar el alimento mediante el frenado de la degradación metabólica de las proteínas de los alimentos y otras reacciones enzimáticas.
Con la reducción de la temperatura se frena el desarrollo de microorganismos que pueden resultar dañinos para la carne. Como recuerda la plataforma Carne y Salud, desde la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria (EFSA) señalan a la bacteria Pseudomonas como el principal patógeno, además de las bacterias acido-lácticas, responsables del deterioro en condiciones de anaerobiosis.
Por ello, la carne en crudo y los productos intermedios o finales deben conservarse a determinada temperatura durante un tiempo concreto, que es necesario mantener en todo momento. Así, según Carne y Salud, los animales recién sacrificados deben mantenerse entre 3 y 7 ºC rápidamente después de la inspección post-mortem. El tiempo entre el sacrificio y la producción de derivados cárnicos o carne picada no debe sobrepasar los seis días.
Una vez preparada, la carne picada y productos a base de carne deben conservarse por debajo de 2 y 4ºC respectivamente, o congeladas por debajo de -18 ºC.
El estricto control de la temperatura de la carne de vacuno tampoco debe cesar durante el transporte.
Otros parámetros que influyen en el mantenimiento de las aptitudes de la carne además de la temperatura son el pH, la actividad del agua o la atmósfera presente durante el almacenamiento, pequeños cambios que pueden llegar a modificar organoléptica e incluso nutricionalmente el alimento.
Por todo lo anterior, es necesario un estricto control de todo el proceso de conservación que garantice que la pieza de carne llegue a la cocina del consumidor en las mejores condiciones de sabor y calidad.
Más de 600 personas han asistido de manera presencial y online al I Simposio sobre la Sostenibilidad del Vacuno de Carne Europeo, organizado el 12 de noviembre en Bruselas por Provacuno y APAQ-W en el marco del programa europeo Sustainable European Beef (SEUB), cuyo objetivo es informar a ciudadanos y profesionales sobre el compromiso del sector con una sostenibilidad integral que abarca dimensión económica, social y ambiental. Un encuentro de carácter internacional, el primero de estas características que se celebra en suelo europeo, en el que expertos del sector han analizado los retos y oportunidades del vacuno de carne en materia de sostenibilidad económica, social y medioambiental.
Para Javier López, director de Provacuno: “Este simposio muestra el esfuerzo que desde el sector del vacuno de carne europeo estamos haciendo por avanzar hacia una producción ganadera alineada con objetivos de la Unión Europea, como son la neutralidad climática y el desarrollo rural sostenible, pero también un espacio para compartir experiencias entre instituciones, investigadores, productores y la propia ciudadanía”.
La Organización Interprofesional de la Carne de Vacuno, PROVACUNO, junto con la Comunidad de Madrid, ponen en marcha este mes de noviembre, una campaña divulgativa sobre la carne de vacuno. Estas jornadas informativas, dirigidas a alumnos de entre 8 y 11 años, se van a impartir en diferentes colegios de la región y contarán como prescriptores con reconocidos chefs de esta comunidad autónoma como Javier Estévez, Javier Aranda, Miguel Carretero y Fernando del Cerro. La primera jornada, celebrada hoy en el colegio Madre de Dios, de Madrid, ha contado con la colaboración del chef Estrella Michelin Javier Aranda.
Durante las jornadas, los cocineros exponen las características de nuestra carne de vacuno, la versatilidad de este producto en la cocina tradicional y de vanguardia, finalizando el acto con la degustación de un pepito de ternera de la IGP de la Sierra de Guadarrama, acompañado de alguno de los productos de calidad de la Comunidad de Madrid como aceite de oliva de la DOP Aceite de Madrid, pan u hortalizas de Aranjuez o Villa del Prado, entre otros.